El tren
- Efrain Delgadillo

- 5 nov
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Al expresidente le gustaban mucho los trenes; tal vez le recordaban su infancia. Era un gran aficionado al beisbol; había aprendido de un cubano. Era un buen jugador, aunque nunca llegó a ser una estrella; era muy austero en su forma de vestir y en los zapatos que usaba; la gente con cariño le decía “el viejito”. Sin embargo, el rasgo más distintivo era su honradez. Donaba parte de su salario, su pasatiempo era la lectura y el dominó. Hablamos del presidente Adolfo Ruiz Cortines.
La historia más sorprendente de Adolfo Ruiz Cortines y los trenes es, sin duda, la del “Tren Olivo” o el tren del dinero, como le llamaban los revolucionarios. En mayo de 1920, el jefe de la revolución, Venustiano Carranza, huía con el tesoro nacional, 150 millones de pesos en oro, algo así como $23,153,484,150 pesos actuales. Cuando en la estación de Rinconada-Aljibes baja del tren y huye a la Sierra de Puebla (donde moriría), abandona el tren con el dinero. Es cuando Adolfo Ruiz Cortines, entonces un joven agregado civil adscrito con el grado de mayor a las tropas rebeldes. Se hizo cargo de escoltar el tesoro y entregarlo notarialmente al nuevo presidente de México, Adolfo de la Huerta. El tren marchó a la Ciudad de México a la sorprendente velocidad de 20 kilómetros por hora y sin faltarle un peso. Así es la historia del presidente que amaba los trenes y el béisbol.
La primera concesión de trenes en México se otorgó en 1837 y la ruta no podría ser otra que Veracruz-México; sin embargo, el primer tramo de ferrocarril fue inaugurado en 1873 por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Después se construyó el tren del norte: San Juan del Río, Querétaro, Celaya, Irapuato, Salamanca, Silao, León, Lagos de Moreno, Aguascalientes, Zacatecas, Fresnillo, Torreón, Lerdo, Chihuahua y Ciudad Juárez, un total de 1970 kilómetros, y fue recorrida por primera vez en 1884.
Durante la dictadura de Porfirio Díaz, se pasó de 670 a casi 25 mil kilómetros de ferrovía, en su mayoría por la inversión de capital estadounidense, británico y francés. El régimen difunde así este logro como prueba palpable de El cosmopolitismo, el progreso y la modernidad de México. Eso sí, los mejores empleos estaban reservados para los extranjeros, sobre todo los estadounidenses, mientras que a los mexicanos se les asignaban trabajos de mozos de oficina, barrenderos y peones de vía. Sometidos a discriminación por razones raciales. Los ferrocarrileros son el primer grupo obrero de trabajadores organizados en México.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez y la jefa de gobierno Clara Brugada estaban viajando en el tren insurgente que conecta Toluca con la Ciudad de México durante el Gran Premio de México. Esta acción de las mujeres más influyentes de este país en el transporte público, mientras ocurría la frivolidad de la Fórmula Uno, me parece un gesto positivo y me entusiasma.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció la fecha de inauguración del tren El Insurgente, que conectará Observatorio con Zinacantepec (en Toluca), tras 14 años de construcción. La provisión del servicio de transporte comenzará en diciembre de este año o, a más tardar, en enero de 2026.
Se comunicó en abril un plan ferroviario que necesitará una inversión de 1,3 billones de pesos. El plan ferroviario de Sheinbaum se ha segmentado en cuatro fases; la inicial comprende 785 kilómetros de vías nuevas, sobre todo para unir a Pachuca y Querétaro con la Ciudad de México.
La segunda prevé la creación de 910 kilómetros de vías ferroviarias para trenes de pasajeros que unan a Querétaro con San Luis Potosí, a Irapuato con Guadalajara y a Mazatlán con Los Mochis, en Sinaloa.
La tercera fase, que es la más extensa debido a la cantidad de vías cubiertas, contempla la construcción de 1,145 kilómetros de vías para enlazar el norte con el occidente del país. Se prevé conectar trenes desde Tepic hasta Guadalajara, Saltillo hasta San Luis Potosí, así como entre Guaymas y Hermosillo y Los Mochis y Guaymas. La última fase, que empezará en 2028, implicará la construcción de vías de tren a lo largo de 552 kilómetros para conectar Mazatlán con Tepic y Nogales con Hermosillo.
Por lo pronto, en enero del 2026 comienza el tramo completo del Tren Insurgente. Esta también es una buena noticia. Para el Presupuesto de Egresos 2026 el gobierno ha destinado 104,600 millones de pesos para la creación y el mantenimiento de rutas ferroviarias, que incluyen los nuevos trenes AIFA-Pachuca, México-Querétaro, Saltillo-Nuevo Laredo y el Tren Maya. Lo malo es que contempla una reducción de 12,000 mdp en la Guardia Nacional. Más gasto en trenes , menos en seguridad.
El tren en México representó, al igual que el "Tren Olivo" de Adolfo Ruiz Cortines, la Revolución, la transformación y la honestidad. Lamentablemente, también es un símbolo de desvío de recursos, corrupción e impunidad.
Porfirio Díaz, el dictador que gobernó entre 1830 y 1915, no halló un método más romántico para mostrar su amor a Juana Catalina Romero (Juana Cata) que modificar una vía del Ferrocarril Transístmico para que pasara por el chalet que le había edificado en Tehuantepec, Oaxaca. Los que romantizan esta barbaridad dicen que el tren descendía su velocidad para que el dictador bajara de un salto al porche del chalet. La corrupción, la impunidad y las aspiraciones personales por encima del bien común.
Porfirio Díaz, quien construyó 20 mil kilómetros de vías, fundó Ferrocarriles Nacionales de México. Solo soportó algunas escaramuzas y dos enfrentamientos. El armisticio fue firmado el 21 de mayo de 1911, y después abandonó la nación. La Revolución viajó en tren.
México se sube al tren. Es una gran noticia. Contribuirá, entre otras cosas, a viajar de manera segura y trasladar mercancías sin que sean robadas. Eso me entusiasma. Una duda sí tengo: Este tren traerá las ideas de cambio, la honradez o la corrupción. La historia de México tiene de todo.
@delgadillomejia




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