La apuesta totalitaria
- Efrain Delgadillo
- 18 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Sabina Berman, Paco Ignacio Taibo II y El Fisgón no comprenden o engañan con dolo. Sostener que ser de izquierda y ser militante de Morena resultan sinónimos absolutos implica dar la bienvenida al totalitarismo. Resulta falso que exista un solo camino para la justicia social. Pero quien afirma que no hay más ruta que la suya, no solo engaña: le concede carta de legitimidad a la represión del Estado en nombre de la justicia social. Así que conviene pensar con claridad. Salvo que el objetivo sea instalar un Estado totalitario en México, no se puede argumentar –ni siquiera sugerir- que ser de izquierda y ser militante de Morena se imponen como sinónimos absolutos. Aquellos autores no se percatan que sostenerlo, por el contrario, es no ser de izquierda en lo absoluto. La izquierda totalitaria abole la pluralidad política y, con ella, la libertad personal. No permite que la pluralidad de la sociedad se traduzca en pluralidad de la representación institucional y termina por castigar a las personas libres con el encierro, el destierro o el entierro, como se sabe con minucia en Latinoamérica. Para acabar pronto: la izquierda totalitaria normaliza el fraticidio, particularmente cuando el régimen ha entrado en acuerdos con el crimen organizado.
La contradicción radica en que el totalitarismo, aplicado desde la izquierda, niega a la izquierda. Anula la posibilidad de construir una sociedad más justa y libre. Por su esencia, la izquierda se constituye como un poder libertario. Pero Sabina Berman, Paco Ignacio Taibo II y El Fisgón lo han olvidado. Resulta una lástima, por ellos. Pero para nosotros, ciudadanos libres de México, su olvido constituye una amenaza. La “justicia social” impuesta por el totalitarismo nunca es justicia, ni es social; no proviene de abajo, sino de arriba; no iguala a los libres, sino encumbra a los embusteros. Aludo a Berman, a Taibo II y a El Fisgón porque me he beneficiado de su genio, cuando no ha resultado evaporado por la ideología. Pero podría aludir con nombre y apellido a decenas de militantes de Morena que no comprenden que identificar a la izquierda con su partido en la forma autoritaria y excluyente en que lo hacen le concede carta de naturalidad a la opresión totalitaria.
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