Teuchitlán: Sobrevivientes y detenidos
- Onel Ortíz Fragoso

- 25 mar
- 2 Min. de lectura
En el mar de información, rumores y críticas respecto a lo ocurrido en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, hay dos elementos relevantes que no deben perderse de vista. El primero, los sobrevivientes a este rancho; el segundo, las personas detenidas en el operativo de octubre del año pasado.
A mi pesar, salvo algunas excepciones, los restos óseos encontrados poco servirán para identificar a las víctimas. Tampoco serán de mucha utilidad las ropas, a menos que tengan una seña particular que las distinga de modelos genéricos. Lo que sí puede resultar bastante útil son libretas con anotaciones y, por supuesto, identificaciones. Todo ayuda y todo debe investigarse; sin embargo, sobrevivientes y detenidos son los dos hilos de los cuales la autoridad debe jalar con habilidad, profesionalismo y transparencia, para esclarecer lo ocurrido en el rancho Izaguirre.
Por notas periodísticas se sabe que, en el aseguramiento del rancho Izaguirre el año pasado, fueron detenidas diez personas. El número actual de procesados por este caso no está claro. Algunas notas señalan que algunos detenidos en ese momento ya han sido liberados; otras afirman que se mantienen en aprehensión y bajo proceso. Lo primero es saber quiénes están detenidos y por qué delitos.
Lo más fácil, pero equivocado, sería imputar en automático a los detenidos por este caso todo lo que se encuentre en el rancho Izaguirre: desapariciones forzadas, tortura, homicidios y lo que resulte. Sin embargo, lo importante sería conocer sus testimonios sobre todo lo que allí ocurría y, particularmente, conocer no solo a los ejecutores materiales, sino los nombres y número de las víctimas. También identificar a los jefes y, finalmente, a quienes aportaban el dinero para este campo y aquellos que, convenientemente, miraban hacia otro lado.
Los testimonios de los sobrevivientes son oro molido para esta investigación. La autoridad debe apoyarlos, garantizar su seguridad y la de sus familias, y utilizar todos los medios a su alcance para que puedan no solo contar su experiencia, sino también contribuir a la identificación de otras víctimas y del modo de operación de este grupo criminal para reclutarlos.
Desde que se supo del rancho Izaguirre, diversos medios de comunicación transmitieron entrevistas con sobrevivientes. Lo que contaron estremece la piel y provoca indignación. Sin embargo, es el momento de que la autoridad actúe y aproveche la información de la que dispone.
Otro elemento de gran utilidad para esta investigación será la cooperación y coordinación con los grupos de madres buscadoras, no solo en Jalisco, sino también con la base de datos que estas organizaciones han establecido y alimentado durante años en todo el país.
Queremos la verdad. Podemos encontrarla actuando con determinación y responsabilidad. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.
Por Onel Ortíz Fragoso
@onelortiz




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